El aprendizaje es una capacidad inherente al ser humano. Desde que nacemos, estamos inmersos en un proceso constante de adquirir nuevos conocimientos y habilidades. Sin embargo, el proceso de aprendizaje cambia significativamente cuando llegamos a la edad adulta.

Mientras que los niños están naturalmente predispuestos a aprender a través del juego, la exploración y la imitación, los adultos enfrentan un proceso mucho más complejo. A medida que envejecemos, nuestras experiencias de vida y nuestras creencias arraigadas afectan la forma en que adquirimos nueva información.
Diferencias entre el aprendizaje en niños y adultos
Experiencia previa: Los adultos contamos con un bagaje de experiencias que influye en cómo procesamos la información nueva. Esto puede facilitar el aprendizaje, pero también puede crear barreras si nuestras experiencias anteriores contradicen lo nuevo.
Motivación intrínseca: Los adultos queremos aprender por una necesidad o un propósito claro, como avanzar en nuestra carrera o mejorar alguna habilidad específica. Esto contrasta con los niños, que muchas veces aprenden sin una meta concreta, sino simplemente por curiosidad o diversión.
Resistencia al cambio: A diferencia de los niños, los adultos tendemos a ser más resistentes al cambio, lo que puede dificultar el desaprender conceptos o ideas que ya han sido internalizadas.
10 Reglas básicas para facilitar el aprendizaje en adultos
Relevancia: El aprendizaje debe estar alineado con los objetivos y necesidades del adulto. Esto aumenta el interés y la motivación para aprender.
Aprendizaje autodirigido: Los adultos prefieren tener control sobre lo que aprenden y cómo lo hacen. Darles la posibilidad de dirigir su propio proceso es crucial.
Conectar con experiencias previas: Relacionar la nueva información con experiencias pasadas facilita la integración de los conocimientos.
Retroalimentación constante: Los adultos aprenden mejor cuando reciben retroalimentación que les permita ajustar y mejorar continuamente.
Ambiente colaborativo: Fomentar la interacción entre pares genera un aprendizaje más enriquecedor y dinámico.
Flexibilidad en el ritmo: Cada adulto aprende a su propio ritmo, por lo que es importante ofrecer flexibilidad en tiempos y métodos.
Gamificación: Introducir elementos de juego, recompensas y desafíos hace el proceso de aprendizaje más atractivo y reduce la resistencia.
Reconocimiento: El reconocimiento por logros, tanto pequeños como grandes, aumenta la motivación y refuerza el compromiso con el proceso.
Practicar lo aprendido: Los adultos necesitan aplicar inmediatamente lo que aprenden para que realmente se consolide el conocimiento.
Desaprender para aprender: A menudo, es necesario cuestionar nuestras creencias y opiniones para hacer espacio a nuevas ideas. Desaprender es un paso clave en este proceso.
¿Cómo puedo ayudarte?
Como coach ejecutivo, mi objetivo es acompañarte en este proceso de aprendizaje continuo. Te ayudaré a identificar y superar las barreras que pueden estar limitando tu crecimiento personal y profesional.
Juntos, trabajaremos para que puedas desarrollar nuevas habilidades, desaprender patrones limitantes, adoptar una mentalidad de crecimiento y lograr lo que te propongas.
A través de un proceso de coaching podrás abrir nuevas puertas hacia tu éxito.
Recuerda, el aprendizaje no tiene edad, pero sí requiere un enfoque adecuado y personalizado. Cuenta conmigo para guiarte en ese camino.

Ale Obregón
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